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lunes, octubre 03, 2005

Sebastian X: cómics para surfers

Desde hace un tiempo, en Humanoides están editando álbumes con autores americanos: Geoff Johns, Jackson Guice, John Cassaday..., álbumes que luego se editan en los EEUU por DC en un formato más pequeño. Este motivo es por lo que según qué autores ligados a Marvel no pueden seguir trabajando o empezar a trabajar para Humanoides...
Sólo había leído el de Cassaday que me pareció fallido. El argumento no me interesó especialmente y el dibujo creo que no era consciente de que a tamaño álbum quedaba muy vacío (y es que Cassaday no es un autor que se hernie en los fondos y demás, la verdad), por lo que funcionaba mejor gráficamente en su edición yanqui.
Lei este álbum, Sebastian X, hará cosa de un mes, poco antes de ir a Avilés, como ya comenté pero hasta ahora no me animaba a escribir la reseña. Pero había dicho que lo haría y lo prometido es deuda...
En pocas palabras, es un cómic raro. ¿El motivo? Es un cómic hecho por un estudio de marketing. Se miró qué temas interesaban a los jóvenes y uno de ellos fue el surf. ¿Hay cómics de surfers? No. Pues vamos a hacer uno. Pero tampoco nos pasemos. Metamos algo de poderes mentales, un mundo fascista, un héroe rebelde y demás elementos ya conocidos, no vayamos a meter la gamba y sólo nos lo compre el club de fans de los Beach Boys...
El guión de Michelangelo La Neve no es muy original. De hecho, algunas sorpresas de guión se ven venir a la legua. Pero también es verdad que hay alguna que no te esperas y que la descripción de este mundo donde un predicador por una visión divina ha descubierto un medicamento que cura cualquier enfermedad pero que para conseguirlo la gente ha de hacer gasto en las empresas del tío éste (sus líneas aéreas, sus películas, sus restaurantes...) convirtiéndolo en el hombre más poderoso del mundo tiene bastante gracia.
Pero si hay un elemento a destacar es el dibujo de Stuart Immonen. Este gran dibujante emplea mucho negro, casi como si hubiera escaneado sus páginas quemando el lápiz, huyendo así de su estilo más claro y conocido. Y funciona bien. Immonen le da la humanidad necesaria a los personajes, impregnando realidad a un ambiente futurista cercano, sale airoso de escenas de acción, incluso en alguna bastante demencial (ese combate inicial entre surfer y helicóptero que le dispara)... Un álbum muy agradable de mirar, entretenido de leer y que funciona bien a tamaño álbum. Puede que por ser canadiense haya visto más álbumes y se haya adaptado mejor, no sé.
En fin, que espero ver cómo siguen las odiseas de Sebastian X. Porque es raro pero me gusta.

Último libro: Venus privada.

Recientemente acabé Venus privada de Giorgio Scerbanenco, que pillé en una céntrica librería de segunda mano de Palma. De Scerbanenco lei hace años Muerte en la escuela, que me impactó mucho en su momento. Ésta iba de la investigación de la muerte, tortura y violación múltiple que sufre una profesora a manos de sus alumnos, procedentes de ambientes marginales. Ese libro era uno de los protagonizados por Duca Lamberti, un médico cirujano que perdió su licencia y cumplió una pena de tres años de cárcel por un caso de eutanasia.
Venus privada es el primer libro que escribió Scerbanenco de su personaje más famoso (sólo pudo escribir cuatro ante la prematura muerte de Scerbanenco). En él se presentan, además, otros personajes secundarios de la serie: Livia, Carrua, etc... Lamberti es contratado por un ingeniero para que ayude a su hijo a que deje de beber. Pronto se descubre que el motivo de su alcoholismo está ligado a la muerte de una prostituta. Lamberti era hijo de un policía y esto le da contactos para intentar averiguar qué pasó realmente y así ayudar a su paciente. Pronto, Lamberti se ha de familiarizar con el submundo de la prostitución y especialmente de las prostitutas no profesionales que se ven atrapadas por redes de trata de blancas.
Es una novela muy diferente de lo habitual en novela negra americana. La carga social es mucho más importante que la trama, el héroe es mucho menos heroico. Lo que sí me sorprende es ver cómo se habla a veces del sexismo o actitudes fascistas de Mickey Spillane, casi paródicas, pero nadie dice ni mú de libros como éste donde se defiende la tortura a criminales (dice algo así como si arreas a un criminal, éste lo entiende porque es su lenguaje, si arreas a un inocente, mala suerte) y arreglar problemas mediante métodos expeditivos. Por no mencionar cómo es retratado un personaje homosexual, que vale, que es de los malos, pero del que se dicen epítetos tan políticamente incorrectos como pederasta asqueroso sólo por ser gay. Años sesenta, supongo. Aún quedaban muchas barreras que derribar.
Pese a que haya momentos que ideológicamente me chirrían, no deja de ser un libro muy entretenido, que he devorado más que otra cosa y que puede interesar a amantes de la novela negra que quieran ver cómo se hacían en Italia hace años.
Por cierto, la imagen la he sacado de la web de negra y criminal, que tienen Venus privada en stock, por si alguien está interesado en pillarlo.