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lunes, octubre 10, 2011

Reseña: Holy Terror de Frank Miller

Frank Miller iba a hacer Holy Terror para DC, una historia que se vendía como Batman contra Al Qaeda.
Bob Schreck era editor del All-Star Batman de Miller y Jim Lee. Lo despidieron por unos tacos que no estaban bien tapados lo que hizo que se tuviera que destruir la tirada y hacer una nueva.
Cuando Schreck se responsabilizó de Legendary Comics, Miller se fue con él.
Miller ha explicado que el nuevo protagonista es Fixer y que es muy diferente de Batman.
Y un cuerno. A otro perro con ese hueso.
¿Un tío encapuchado que salta por los tejados usando un cable, que persigue criminales, que recibe ayuda de uno de los principales responsables de la policía de la ciudad? Dad estas pistas y a ver qué nombre te dirán los aficionados al cómic. ¿Una criminal que roba joyas y que tiene una historia de amor-odio con el primero? Catwoman, te responderán. Mejor me lo pones.
Pues eso. Los personajes son copias, plagios, en el más puro estilo Rob Liefeld. De hecho Liefeld tenía más gracia copiando. Coger a Namor y girarle el nombre a Roman tiene más ingenio que lo que ha hecho Miller.
Pero eso es lo de menos.
Lo peor es el mensaje ideológico...
Antes de los atentados del 11-S, hubo una película sobre unos atentados islamistas llamada Estado de sitio. En ella se denunciaban las torturas, no era algo americano, si se hacen el enemigo ya ha ganado, todo eso. Guantánamo ha hecho olvidar esa postura. La libertad contra la seguridad, el tema de la Civil War marveliana.
Miller nos suelta una historia donde los musulmanes son malvados. Todos. Sin excepciones. Porque siguen las enseñanzas de Mahoma que, tal y como dice la cita de inicio, incita a matar a todos los infieles. Son unos fanáticos que se inmolan, que lapidan, que golpean a sus mujeres tapadas con un burka como nos enseñan esas escenas ilustrativas de los usos y costumbres musulmanes.
Menos mal que si los torturas rompiéndoles la espalda y sacándoles los ojos, antes de matarlos, claro, puedes sacar información, y que si te ayudan un agente del Mossad con un sutil tatuaje en forma de estrella de David en la cara (como para pasar inadvertido) y un par de guerreras gemelas orientales armadas con una katana (porque quedan molonas, sin más) pues mejor. Aunque salgan por allí casi de tapadillo y para rellenar.
Porque lo que es la civilización occidental, lo que es, mejor dicho, América, se ejemplifica con retratos de George W.Bush o de Condoleezza Rice. Eso es America para Miller, amigos. Ya sabemos que siempre había tenido un cierto tufillo fachilla el hombre pero lo de esta obra es que es para mear y no echar gota.
Miller narra muy bien. Hay escenas espectaculares, sí. Repite muchos trucos que ya le hemos visto antes (elementos a color dentro de un cómic en blanco y negro, por ejemplo). Lamentablemente el dibujo no es como para tirar cohetes, sobre todo al principio donde parece que ha estado mirando demasiadas veces los cómics de Alberto Breccia y se ha puesto a jugar con cuchillas de afeitar y trapos para dar texturas, quedando escenas bastante incomprensibles.
Y sí, ya sé. No se debe juzgar una obra por el mensaje ideológico. No estoy de acuerdo. Hay límites. Puedo obviarlo en muchas ocasiones pero en casos como El nacimiento de una nación con su apología del racismo sólo puedo valorar elementos técnicos. En Holy Terror, con su postura ideológica abiertamente xenóboba, ultraconservadora, agresiva, grotesca y pedestre, el resultado es tan insultante, tan bochornoso que sólo puedo considerar mínimamente interesante algunos aspectos narrativos.
Qué triste es ver cómo alguien se convierte en una parodia de sí mismo.